La tendencia de lo transparente no consiste en mostrar la piel. Se trata de mostrar confianza.

Tras ser una provocación en la alfombra roja o un elemento básico en el escenario de una estrella del pop, la tendencia de lo transparente se ha alejado de la pasarela y se ha convertido en algo mucho más interesante: la vida real.


Ya no se trata de mostrar piel para causar efecto, sino de cómo la transparencia, literalmente, puede cambiar el estado de un outfit. En otras palabras, lo nuevo en transparencias no busca causar impacto. Se trata de seguridad en uno mismo.


Lo que hace que la tendencia funcione en 2025 es cómo juega con el contraste. Un tul suave sobre un chaleco sencillo, mangas de malla combinadas con pantalones de traje o una falda vaporosa sobre unos pantalones cortos de ciclista... Como ya se ha mencionado, no se trata de desnudez, sino de intención.


Llevar ropa transparente no tiene tanto que ver con quién te mira, sino con cómo te comportas. La tela es ligera, pero la actitud es firme. Y no hace falta ser muy atrevida para llevarla. Basta con sentirse lo suficientemente cómoda en tu propia piel para dejar que la ropa hable por sí misma.